Un verdadero privilegio y «gustazo» comenzar la semana debatiendo con David Santos. Fueron dos horas en las que conversamos con vehemencia, alternando temas y ritmos desde un eje central: el despropósito, para el ser humano de a pie, de los movimientos geopolíticos que no tienen otro objetivo que desconectarnos los unos de los otros, romper la familia. Entre otras cosas, porque saben bien, que es el último bastión sobre el que erigirnos para permanecer humanos. ¡Gracias, David por darnos voz! ¡Deseando repetir y ampliar contenidos!